historia:
Pocas pintoras mexicanas se han visto involucradas en un escándalo como el generado por Sofía Bassi: con un crimen en sus manos y buenas relaciones sociales, su en encarcelamiento causó gran polémica que resonó en esferas intelectuales nacionales e internacionales. Este 11 de septiembre es el décimo aniversario de su muerte y a propósito de este hecho te presentamos su biografía. Su nombre real fue Sofía Celorio Mendoza. Nació en Ciudad Mendoza, Veracruz, el 13 de julio de 1913. Sus estudios los realizó en idiomas y filosofía, y su formación como pintora fue más bien autodidacta aunque en su estancia en Acapulco, donde pasó gran parte de su vida, estableció muy buenas relaciones con artistas como el pintor Jose Luis Medina. Vivía en la “Quinta Babaji”, una residencia en Las Brisas, Acapulco, y llevaba una vida tranquila y de holgura económica. Sobre su vida cotidiana, Sofía vestía generalmente de blanco, todas las mañanas practicaba yoga, desayunaba ligero y se dedicaba después al arte: pintura, poesía y escritura, así lo describe ella misma en su libro “Bassi… prohibido pronunciar su nombre” (1978). Pero la mañana del primero de enero de 1966 su rutina cambió: las crónicas de entonces narran que se dirigió a la alberca de su residencia, donde estaba nadando su yerno el conde Cesare d’Acquarone y accidentalmente le disparó (según la versión oficial). El conde murió. Además del círculo mexicano, comunidades intelectuales de Estados Unidos y Europa abogaron ante el gobierno para evitarle la prisión. Un bombardeo mediático y una fuerte solidaridad gremial dieron al gobierno de México ante el mundo una imagen de corrupto e ineficiente, enemigo del arte. Tal ataque pareció dar el resultado opuesto, pues el presidente Gustavo Díaz Ordaz lo tomará como algo personal, negando cualquier posibilidad de indulto: Sofía fue procesada y tras las investigaciones fue sentenciada a once años de prisión. Sus excelentes relaciones con los círculos intelectuales y pudientes no le evitaron la condena, pero sí se la hicieron más tolerable: su celda fue la enfermería y no fue enviada con las presas comunes, además podía recibir visitas sin el estricto control usual, se le permitió el ingreso de material para sus pinturas, baño privado, aire acondicionado, teléfono, televisión y la presencia constante de cuatro pintores que harían un mural en su celda en 1970, como protesta y representación de la, para ellos, injusta sentencia: Jose Luis Cuevas, Alberto Gironella, Rafael Coronel y Francisco Corzas. Transcurrió sólo cerca de la mitad de su sentencia antes de que la dejaran en libertad debido a un cambio en el Código de procedimientos penales de Guerrero.
Cuando entró a la cárcel de Acapulco, Sofía tenía tan sólo dos años de dedicarse a la pintura, así que en su estancia ahí pudo desarrollar su estilo surrealista y darse a conocer. Hay quienes sostienen que su prestigio y popularidad como pintora le deben su existencia sólo al escándalo de crimen y sentencia, sin embargo diversos críticos nacionales e internacionales avalaron su trabajo, reconociéndole a su obra una técnica auténtica y un valor expresivo propio. En cuanto a otros ámbitos artísticos, escribió algunos libros: las novelas "El color del aire" y "El hombre leyenda", y "Bassi... prohibido pronunciar su nombre". Sofía Bassi murió el 11 de septiembre de 1998, al mediodía, a causa de un paro cardiaco y tras 85 años de vida. Su cuerpo fue velado, transportado y sepultado en un sarcófago de acrílico con forma de óvalo que ella misma diseñó y pintó, dejando para las generaciones futuras, diez años después una historia apasionada y un testimonio de amor por el arte como forma de vida, muerte y supervivencia.
http://http://www.youtube.com/watch?v=35SZ4cYemJk
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